miércoles, 29 de septiembre de 2010

Un día miércoles que avizoraba ser como cualquier otro, recibimos un e-mail de la Unidad de Género y Juventud del Ministerio en el que laboro como funcionaria. La invitación con carácter de obligatoria era para asistir a un Taller de Capacitación sobre la realidad del VIH–SIDA en el Ecuador. Muchos de nosotros, nos preguntábamos porque teníamos que asistir a tratar un tema que aparentemente no tiene relación directa con nuestra labor como Inspectores de Trabajo, inclusive no faltó quien protestara por la acumulación de inspecciones y audiencias que tendría al siguiente día, después del taller.

El jueves, estábamos allí, en uno de los Salones del Hotel Cabañas Balandra, pensando en que nos iban a decir lo que siempre se escucha sobre el VIH-SIDA: Los conceptos, la fidelidad mutua en la pareja, el uso adecuado del preservativo, la prueba de detección gratuita para la mujer embarazada; como medidas de prevención para evitar la expansión de la epidemia. El periodo de incubación, la etapa terminal, la muerte.

Una mujer de mediana estatura que venía acompañada de un ciudadano español de muy buen ánimo, nos dieron la bienvenida. Luego de hacer una breve inducción al tema, nos entregaron tres tarjetas de diferentes colores, en ellas debíamos escribir los nombres de las personas que más amábamos, una vez escritos estos nombres hicimos un círculo humano con los ojos cerrados y las tarjetas en nuestras manos, el virus del VIH–SIDA, se encontraba en medio del círculo y en el momento menos pensado nos arrebataba una de las tarjetas, se llevaba a uno de nuestros seres más queridos en esta tierra: Al padre, a la madre, al hermano o hermana, a los hijos, al mejor amigo o amiga. La sensación fue tan real, que caímos en cuenta que el VIH está muy cerca de nosotros, es parte de nuestra realidad, no es un mito, ni es una forma de morir lejana que solo afecta a los homosexuales y trabajadoras sexuales; según las cifras del Ministerio de Salud Pública cerca de 10.229 niños y adultos viven actualmente con el virus. Sin embargo, se estima que pueden existir muchos más casos y estas personas ignoran su estado de salud.


Solo en el 2007, 1.102 jóvenes entre 15 y 29 años se infectaron, lo que representa el 50% del total de los nuevos casos. Por falta de Información y conocimiento sobre este mal, muchos adolescentes adoptan comportamientos de riesgo que les exponen a la infección del VIH.

En el 2007, se observa una feminización de la epidemia del VIH-SIDA; cada año se infectan más mujeres. Actualmente el Ecuador confronta una relación de una mujer por cada 1.54 hombres infectados. El 73.8% de las mujeres son amas de casa o empleadas domésticas.

El 88.7% de los nuevos casos son personas de entre 15 y 49 años, lo que corresponde a la población económicamente activa. Entre las categorías sociales más afectadas encontramos: Quehaceres domésticos (29,4%), obreros (20%), desocupados (15,2%), empleados (9,2%), comerciantes (7,5%) y profesionales (3,6%). Se estima que si las tasas porcentuales se mantienen en el mismo ascenso, para el año 2015, por cada familia en el Ecuador habrá una persona con VIH.

Respuestas frente al VIH-SIDA.- Vuelvo al círculo, abro los ojos, lloro por la tarjeta que perdí, por la persona que me arrebató el virus… ¿Y si mis padres, mis hijos, mis hermanos me hubiesen perdido a mí?, esto sería lamentable sabiendo lo importante que soy para ellos; por ello debo ser responsable ante esta epidemia, difundiendo y poniendo en práctica lo siguiente:
Sigo en el círculo y vuelvo a cerrar los ojos, los facilitadores nos entregan una vela, todos la encendemos, eso somos de ahora en adelante nos dicen, una luz de esperanza en nuestras familias, en nuestros trabajos, en nuestra comunidad, este es un mensaje que se debe guardar, se debe difundir y compartir, estas palabras pueden salvar una vida y quizás una vida que está muy cercana a nosotros. La luz de las velas significa además, que la vida de las personas con VIH–SIDA no ha terminado, es verdad que sus condiciones cambian en muchos aspectos, pero siempre es posible seguir adelante.

A las personas viviendo con VIH-SIDA, no las aniquila la enfermedad, pueden vivir muchos años si reciben el tratamiento adecuado y a tiempo, lo que verdaderamente les arruina la vida, es la discriminación y el abandono. Esto a pesar que existe un marco legal que los ampara, la Constitución de la República y la Ley de Prevención y Asistencia Integral del VIH-SIDA del Ecuador, Acuerdos Ministeriales y Tratados Internacionales, en los que se incluyen Convenios de la OIT, ORGANIZACIÓN INTERNACIONAL DEL TRABAJO; prohíben so pena de sanción, la discriminación contra las personas portadoras del VIH, que puede darse de diferentes formas: En el Derecho a la salud, al trabajo, a la educación, violación del derecho a la privacidad y confidencialidad, tratos crueles e inhumanos, entre otros que afecten a su dignidad, igualdad y libertad.

La comunidad no debe dar la espalda a esta realidad, debemos estar conscientes de que debe primar la solidaridad, el respeto, asistencia y apoyo para estas personas. No estigmatizar ni utilizar términos que impliquen sufrimiento síquico para el portador, antes por el contrario hablar de vida, de alternativas y oportunidades de tratamiento; actualmente en el Ecuador los anti retro virales se suministran por el Estado en forma gratuita para las personas portadoras que por su condición económica no podrían acceder al tratamiento por sus propios medios.

Durante el transcurso del taller, conocimos a Carlos (nombre ficticio), quien estuvo sentado a nuestro lado, participó activamente y almorzó con nosotros, y al final nos dio una lección de valor y dignidad. Se puso de pie y dijo: “Soy una persona que vive con VIH, tengo diez años luchando por sobrevivir, mi esposa y mis tres hijos también son portadores del virus, cuando me casé no sabía que estaba infectado, y así seguí con mi vida normalmente, sin saber la verdad, conocí a la que hoy es mi esposa, luego de un tiempo ella enfermó de una afección pulmonar, en ese momento nos enfrentamos a la realidad, habíamos estado viviendo con VIH sin saberlo, nuestra vida cambió, me despidieron del trabajo y así sin recursos, de la noche a la mañana nos vimos en la necesidad de enfrentar una batalla por la vida, una batalla que hasta ahora la estamos sobrellevando, gracias a que Dios nos ha dado fortaleza seguimos adelante, estoy aquí frente a ustedes para decirles que cuiden sus vidas, un momento de placer puede trastocarlo todo, la única manera de agradecerle a Dios por permitirme vivir tanto a pesar de ser portador, es presentándome ante ustedes para pedirles que por favor, recapaciten, el VIH no mira condición social, edad, color de piel, sexo, posición económica, simplemente te puede pasar a ti también, cuídate y cuida a los tuyos, háblale a tus seres queridos, tenemos un país muy hermoso, no permitamos que nuestra gente muera inútilmente porque no supo prevenir o porque nadie le informó sobre esta enfermedad, seamos conscientes y hagamos conscientes a los demás”…

El sol de la tarde se iba difuminando lentamente, nos despedimos siendo presos de emociones extrañas, valió la pena dijimos, estamos conscientes que todos somos protagonistas para cambiar la historia y marcar diferencias. En silencio di gracias a Dios por este tiempo.

Fuentes estadísticas: “Taller sobre el rol del Ministerio de las Relaciones Laborales Frente al VIH-SIDA”.

jueves, 26 de agosto de 2010

Sudáfrica: Un mundo en un Pais.




Muchos disfrutaron del mundial de futbol pasado, en donde quizá lo más destacable de esa competición internacional fue que por primera vez se dejó a un lado las metrópolis de todo el planeta con sus mega estadios arquitectónicos y se optó como sede a un país que de a poco se está levantando de las caídas que ha sufrido como nación: Sudáfrica. Y aunque es totalmente cierto que este país es el más próspero del continente africano con una economía que abarca el 25% de todo el PIB de África, han sido sus formas de gobierno las que han perjudicado a su propia población y han maltratado su imagen a nivel internacional. En esta ocasión conoceremos a este exuberante país.



Recorriendo el territorio.


El slogan de Sudáfrica para la comunidad internacional es: “Un mundo en un país”, y esto en esencia tiene mucha realidad. Considerado como uno de los países megadiversos del mundo, Sudáfrica cuenta con una abundante flora y fauna; en su territorio se han construido varias reservas y parque ecológicos en donde habitan numerosas especies de animales salvajes propias del continente africano, entre ellas: leones, leopardos, elefantes, antílopes, hipopótamos, serpientes pitón, etc. Entre los lugares recomendados para visitar están:

Cuevas Cango.- Representan la secuencia más larga en lo que respecta a cuevas subterráneas en el mundo. Sus hermosas formaciones de estalactitas y estalagmitas resultan un espectáculo inolvidable para cualquier visitante. Recibe cerca de 750 mil al año.
La Ruta del jardín.- Conocida así porque durante su recorrido se puede presenciar lagos, montañas, ríos, playas extensas de blanca arena y densos bosques propios de la región.
Parque Nacional Kruger.- Es uno de los lugares más solicitados por los turistas, porque aquí se pueden presenciar la vida salvaje en estado puro. Esta reserva natural alberga 517 especies de aves, 1982 variedades de plantas, 120 clases de reptiles y 147 especies de mamíferos. Dentro del parque hay campamentos, refugios y lugares de residencia temporal para los visitantes.
Cabo de Buena Esperanza.- Es el centro de una región de gran riqueza de flora y fauna, y por sobre todo es mítico y posee mucha historia (fue uno de los primeros lugares donde los conquistadores europeos arribaron).

Sus ciudades más importantes y en donde se centra el foco de comercio son: Johannesburgo, principal ciudad comercial del país y una de las zonas metropolitanas del planeta, donde también reside el Soweto (barrio negro) que es la cuna de resistencia al apartheid y una de las zonas más inseguras del país; Ciudad Del Cabo, considerada una de las más hermosas ciudades del mundo arquitectónicamente, y destino turístico más popular de Sudáfrica (alberga 100 playas diversas para escoger); Pretoria, capital administrativa del país conocida como “la ciudad jardín”; y finalmente Durban que es un bello puerto marítimo asentado a orillas del Océano Índico (en 1998 esta ciudad ganó el premio a la Ciudad Mejor administrada de África de parte de la ONU).

Casi todo el país goza de un clima templado y soleado por lo que son constantes los períodos de sequía y las irregulares lluvias, las cuales condicionan la existencia de los bosques, que son muy escasos, así como la agricultura de las extensas áreas fértiles, y esto vinculado al aumento de los incendios forestales y el incremento de la temperatura llevan a la extinción de muchas especies exóticas.

Una economía creciente.
Después de la segunda guerra mundial, la economía sudafricana se desarrolló rápidamente, gracias a las industrias que se establecieron con diversos fines. La industria minera ha sido el subsector más importante en este sentido, los descubrimientos de oro y diamantes a gran escala en el territorio han formado parte vital en el crecimiento económico de la nación. Las industrias más importantes son las de productos químicos, alimentos procesados y bebidas, equipamiento de transporte y metalúrgicas del hierro y del acero.

Su Población.

Sudáfrica es muy conocido internacionalmente por su diversidad de culturas, lenguas y creencias religiosas. Once idiomas son reconocidos como oficiales por la constitución, siendo el inglés el más común en la vida oficial y comercial. El 80% de la población es de raza negra, el 9% es de raza blanca (holandeses y británicos) y el 11% restante lo conforman mestizos y asiáticos. El sistema político conocido como apartheid que se aplicó en Sudáfrica hace varias décadas y que llegó a su conclusión hace más de 15 años, ha dejado grandes secuelas en los pobladores de este multicultural país, y aún el racismo no ha sido erradicado del todo. El cristianismo es la religión que más practican los sudafricanos, pero hay minorías que aún realizan cultos tradicionales o practican el hinduismo, islam o mormonismo.
No se puede decir que en Sudáfrica hay una sola cultura, todo lo contario debido a su diversidad étnica, cada grupo o raza social tiene su forma de culturalizarse. Por ejemplo los blancos tienen influencias británicas y europeas en lo que respecta a literatura, música y teatro; por su parte la cultura negra busca consolidar su espacio en la sociedad sudafricana reafirmando las costumbres que cada grupo étnico posee (por ejemplo hay grupos étnicos donde lastimosamente la poligamia es común).
Las divisiones raciales y sociales se pueden notar incluso en los deportes, por ejemplo: los blancos prefieren el críquet y el rugby, mientras tanto los negros son fanáticos del fútbol. En el rugby, Sudáfrica es una potencia mundial, incluso este es el deporte nacional (como selección han conseguido 2 campeonatos mundiales en 1995 y 2007). Por su parte el fútbol está tomando cada vez más importancia en la población; luego de que se decidiera realizar el mundial de fútbol en este país, se ha llevado a cabo un sinnúmero de medidas que traten de motivar e incentivar a los sudafricanos a unirse a esta celebración deportiva que sin duda será de mucho beneficio al país, tanto para el turismo como para la vida social.

Problemas sociales.
El desempleo es uno de los problemas sociales presentes en Sudáfrica, a pesar de las grandes fábricas e industrias que se han levantado, aún hay grandes índices de personas que no tienen estabilidad laboral; la pobreza se eleva al 23% de la población, y esto ligado a la necesidades del diario vivir ha conducido a un considerable crecimiento de la delincuencia. Además es el país que tiene el mayor número de pacientes con SIDA del mundo (aproximadamente 5 millones de personas están infectadas son el virus).

miércoles, 23 de junio de 2010


Todos en algún momento de nuestras vidas nos hemos sentido solos por diversas circunstancias, cuando esto sucede parecemos abatidos, abandonados, pensando equivocadamente que nadie nos quiere o se interesa por nosotros. Es usual que esto ocurra con jóvenes adolescentes, con aquellos que están pasando por una crisis familiar, económica y también por los que no tienen un verdadero sentido de identidad centrada en la verdad, por los que están atrapados con algún tipo de adicción (drogas, alcohol, etc.) o pensamientos equivocados que tengan relación con desviaciones sentimentales que provoquen angustia y desilusión.

En muchos de los casos tratamos de encontrar soluciones basadas en nuestros propios criterios y esfuerzo, en la mayoría de las veces creemos que no necesitamos la ayuda de nadie, que podemos solos someter al monstruo que nos atormenta, todo esto en un escenario de vivencias un poco o bastante trágicas dependiendo del color del cristal con que se mire. También hay de aquellos que piensan que son capaces de conquistar el mundo por sí solos, de cambiar ideologías y de hacer las más grandes hazañas.

Es bueno ser optimistas, pero podemos pecar de egocéntricos y arrogantes. La experiencia nos indica y la historia establece que todas las cosas expuestas anteriormente y otras más que se dan en la vida del ser humano, no han sido posible superarlas aisladamente. Las mayores conquistas hechas por el hombre han sido logradas en conjunto. La individualidad no es la que ha marcado la diferencia, salvo ciertas excepciones, pues es el conglomerado humano el que ha decidido de manera definitiva los cambios trascendentales que perduran en el tiempo.

Hacemos referencia a todo esto para comprender sustancialmente y de manera precisa, que no podemos prescindir de nuestros congéneres, de nuestros hermanos (en términos de doctrina religiosa), de nuestra familia, para conseguir cosas importantes que nos sirvan en nuestro desarrollo personal, el poder de la unidad se manifiesta de esta manera.

Es común escuchar la frase, de que unidos somos más, esto es bastante cierto pero solo como un aspecto físico, de volumen, de masas, que puede ser intrascendente si todos los que conformamos esa unidad, no tenemos el mismo anhelo o no sentimos lo mismo; la fuerza o el poder se activa si todos nuestros corazones laten al unísono, si todos nuestros músculos trabajan al mismo tiempo con ardor, con frenesí, hasta el agotamiento si es preciso, si todas nuestras mentes están conectadas con un ideal, y el ideal de toda persona, de todo ser humano debe ser mucho más grande, más infinito que cualquier cosa que queramos en esta tierra. Porque el verdadero poder de la unidad, es la unidad de Dios, cuando sabemos esto, todo lo demás nos es dado, pues de esta unidad se alimenta el matrimonio, la familia, la amistad; y con ello se fortalecen lazos inseparables. Vale la pena recordar un viejo proverbio que dice:

“Y si alguno prevaleciere contra uno, dos le resistirán... Porque si cayeren, el uno levantará a su compañero; pero ¡Ay del solo! que cuando cayer
e, no habrá quién lo levante.”
No podemos dejar de lado el poder que ejercen sobre esta tierra las huestes de maldad, pues en este sentido también están unidas y ejercen su dominio en muchos corazones, y en la mayoría de los casos en corazones solitarios carentes de todo afecto, de principios y de voluntad. Pero el caso es que debemos entender que si permanecemos sujetados de la mano de Dios, que es quien representa el poder y la unidad en un solo ser, podremos vencer y salir adelante en medio de los conflictos por grandes que parezcan.
Los que permanecemos unidos dentro de la concepción divina seremos vencedores, pero solo y únicamente si permanecemos juntos, pues todo lo que en su esencia está unido no puede dividirse porque en ese caso se destruiría…


“Todo reino dividido no prevalece.” Lucas 11:17.

lunes, 26 de abril de 2010


Según la historia en los últimos años la tierra ha sido azotada por catástrofes naturales que han devastado pueblos enteros y han dejado miles de víctimas fatales y millones de damnificados. Entre los más recordados está el huracán que devastó a New Orleans en el 2005, el terremoto de México de 1985, el tsunami asiático de diciembre de 2004, o el terremoto de Lisboa de 1755 que fue seguido por un tsunami que destruyó casi por completo la ciudad matando a cerca de un millón de personas; estos hechos ponen a prueba la fe de muchos y de pronto se abre el debate en cuanto a descubrir y entender si fue un castigo divino a causa del pecado, o por el contrario, si fue un acontecimiento más de los tantos que responden a sucesos normales de la naturaleza.


A principios de este año la tierra volvió a mostrar su poder destructivo con un terrible terremoto que devastó el país caribeño de Haití. Fue el martes 12 de Enero aproximadamente a las cinco de la tarde cuando un sismo de 7,3 en la escala de Richter sacudió Puerto Príncipe y sus alrededores. Nadie se lo esperaba; el matiz de tranquilidad que caracterizaba a la ciudad en aquellas horas había desaparecido, las risas de los niños se habían convertido en llanto, el trabajo de cientos de personas se había destruido, tan solo se escuchaba en las calles gritos desesperantes de dolor y angustia y solo se divisaba el correr de miles de personas buscando un refugio, tratando de encontrar una salida o una explicación a lo acontecido. Los primeros informes indicaron que el número de víctimas se elevaba a 50 mil, el de heridos sobrepasaba los 100 mil y el de personas damnificadas era más de un millón. Las primeras escenas del desastre se empezaron a difundir en fotos y videos por los medios de comunicación que realizaban una cobertura en cadena de la situación. Fue sorprendente observar casas y edificios reducidos a escombros, decenas de muertos apilados en las veredas y miles de personas corriendo tratando de salvar sus vidas. Los expertos revelaron que el suceso fue una de las catástrofes humanitarias más graves de la historia. Los hospitales se encontraron al borde del colapso, no había lugar en donde atender a tantos heridos, las principales morgues estaban abarrotadas y en consecuencia innumerables casas se convirtieron en depósitos de cadáveres transitorios en medio de la insalubridad y del peligro de que se desatara una peste. Hospitales de campaña se empezaron a improvisar en diferentes zonas de Puerto Príncipe, donde miles de personas acudieron para obtener algún tipo de ayuda. Edificios importantes se vinieron abajo como la Catedral de Puerto Príncipe, y el suburbio central de la capital donde diplomáticos mantenían reuniones sociales. La escasez de alimento y agua se hizo notoria con el pasar de las horas. Los pocos mercados que aún quedaban de pie permanecieron cerrados, y las entidades financieras no abrieron sus puertas por ningún motivo. Las redes telefónicas también cayeron, la comunicación se hizo prácticamente imposible. El estado del aeropuerto era lamentable, y unas horas después se supo que la torre de control se había desplomado también y que otras oficinas habían sido afectadas considerablemente. Haití estaba destruida, aislada y envuelta en el peor caos de su historia.

Mientras los días transcurrían, también avanzaba la ayuda humanitaria; el respaldo de la ONU y de varias organizaciones internacionales sociales y financieras fue muy importante para aliviar en cierto modo la crisis a la que habían sido sometidos los haitianos. En medio del desastre hubo además muchos rescates milagrosos de personas que estaban atrapadas debajo de las ruinas; y de apoco a poco la normalidad empezó a llegar al país. Días después ciertos comerciantes empezaron a levantar sus puestos callejeros entre las ruinas para vender sus frutas y hortalizas; algunas tiendas y bancos también reabrieron luego de la paralización obligatoria. El aeropuerto principal también volvió a trabajar regulando sus viajes aéreos. Pero aún no era suficiente, las cifras continuaban aumentando (el último reporte señaló que se había recogido y enterrado más de 200 mil cadáveres solo en Puerto Príncipe y aproximadamente 2 millones de personas se encontraban sin hogar y necesitaban de ayuda urgente). Un último anuncio señaló que líderes mundiales hablarían en una conferencia en las Naciones Unidas en este mes de marzo sobre la reconstrucción de Haití, la cuál prevén que tardará casi una década o más.
Aquel martes será sin duda alguna inolvidable para aquellos que pudieron presenciar cómo las vidas y los sueños de sus seres queridos se esfumaron inesperadamente. Pero aún existe Haití, no ha desaparecido, y es verdad que han quedado escombros de cientos de edificaciones arruinadas, pero hay esperanza en medio del desastre. Hoy más que nunca Haití tiene la oportunidad de demostrar lo fuerte que puede llegar a ser, dejando a un lado los problemas que como sociedad los agobia, dirigiendo sus vidas al Creador y deshaciéndose de toda creencia pagana (como la brujería, el vudú, etc.) que los ha conducido a la destrucción, y lastimosamente este es un asunto que se observa a nivel mundial; aún hay pueblos en muchos países y regiones que practican este tipo de ritos que contradicen los principios bíblicos dando la espalda a Dios y ofendiendo su nombre, y viven cegados por sus tradiciones paganas.

La Tierra sigue temblando.


El 27 de Febrero pasado se produjo en Chile un terremoto 50 veces más potente que el de Haití. Reportes indicaron que el movimiento telúrico tuvo una magnitud de 8,3 en la escala de Richter dejando cuantiosas pérdidas (aproximadamente unos 30 mil millones de dólares), más de 450 muertos y miles de damnificados. El sismo trajo consigo un tsunami que arrasó con pueblos costeros enteros, que llegó incluso a islas del pacífico en Micronesia, Hawai y Polinesia, destruyendo todo a su paso, y dejando sosegada a la población. Y aunque Chile es un país sismológicamente activo (dos de los cinco mayores terremotos en la historia se han registrado en su territorio) no estaba preparado para una eventualidad de esta magnitud, las pérdidas fueron muy graves: puentes y carreteras se destruyeron, importantes edificios colapsaron y el pánico se apoderó inmediatamente de la gente. Réplicas muy fuertes se sintieron unos minutos después de suscitado el desastre, algunas tan poderosas que impidieron la labor de rescate de víctimas atrapadas entre los escombros. El poderoso temblor fue sentido también en Argentina donde una persona falleció. Ecuador también sufrió varios movimientos telúricos, el de mayor magnitud fue el del domingo 28 de Febrero, sin dejar daños materiales o víctimas que lamentar. Taiwán, Indonesia, Turquía, Japón, Estados Unidos, Filipinas, México, China, son otros países que también se han sumado a la lista de naciones que han presenciado sismos en su territorio en estos últimos meses.

Conocemos sin duda alguna que la Tierra está siendo azotada por toda clase de desastres naturales como inundaciones, huracanes, deshielos, sequías, sismos, descontrol climático (frío extremo o calor extenuante que pueden causar la muerte); pero todo esto debe dejarnos en claro que lo que debemos hacer es estar alertas sabiendo que lo que se viene es irreversible, el hombre no puede detener el ataque fulminante de la naturaleza, quien de alguna forma parece protestar por todo el daño causado por el ser humano a lo largo de la historia, a través de la contaminación de los ríos y mares, la deforestación de los bosques, la emisión de gases tóxicos a la atmósfera, la caza indiscriminada de toda clase de especies animales, para mencionar algunos ejemplos. Y si tomamos estos acontecimientos y los enfocamos desde una perspectiva bíblica, encontraremos que en Romanos 8:21-22 se nos dice que la tierra gime por ser libertada de la esclavitud y la corrupción que vive a manos del hombre, y que está como con dolores de parto, dando a entender que algo está por suceder, por nacer o acontecer (la Biblia declara que habrá un cielo nuevo y una tierra nueva). La creación espera ser restaurada, como una mujer sufre con grandes dolores antes de alumbrar, pero una vez concebido a su hijo se regocija por su nacimiento. Las escrituras nos hablan de un suceso sobrenatural que cambiaría la historia del hombre para siempre. Por está razón (los que sustentamos nuestra fe en una perspectiva bíblica) sabemos que este tipo de acontecimientos se seguirán suscitando, de hecho, la palabra terremoto aparece dieciséis veces en la Biblia, por ello para los cristianos este no es un tema del que tengan que sorprenderse, antes por el contrario, esto los alienta a estar preparados para afrontar las tremendas catástrofes que predicen el regreso de su Redentor según el sermón de Jesús en el Monte de los Olivos citado en Mateo 24. De manera que muchos cristianos consideran que estos desastres naturales son una prueba más de que el profetizado y eminente retorno del Mesías, está más pronto que nunca.


“Porque se levantará nación contra nación, y reino contra reino; y habrá pestes, hambre, y terremotos en diferentes lugares de la Tierra.” Mateo 24:7... Incluso en el libro de Apocalipsis se habla de un terremoto de magnitudes catastróficas que hará que toda isla desaparezca y algunos montes no sean hallados: “Entonces hubo relámpagos, y voces y truenos, y un gran temblor de tierra, un terremoto tan grande, cual no lo hubo jamás desde que los hombres han estado sobre la Tierra.” Apocalipsis 16:18.

Lo que nos queda por hacer.
Es indudable que las tragedias de Haití y Chile tendrán efectos a largo plazo que ni siquiera se pueden calcular, no sólo para la gente cuyas vidas se derrumbaron al igual que los edificios que los rodeaban, sino para el mundo sin esperanza que ha sido testigo mudo de estas catástrofes, sin siquiera terminar de entender o discernir nada, y peor si se tiene la arremetida de tantas versiones válidas para muchos y erradas para otros. Lo que sí está claro es que este tema de la fe se vuelve algo realmente incomprensible cuando se cierra los ojos a la posibilidad de la existencia de un Dios creador que al fin y al cabo está al control de todo; por ello vale recalcar que lo realmente importante es que en medio de cualquier circunstancia no perdamos la esperanza, por sobre todo aquellos que de alguna forma llevamos la fe como un estilo de vida que nos sostiene, mueve y alienta en todo tiempo y en todo lugar.


Aliente su corazón, no tenga miedo. Debemos estar preparados y firmes para lo que se viene, confiando plenamente en que nuestras vidas están puestas en las manos de un ser Supremo que todo lo sabe, y que al fin la vida y la muerte le pertenecen; sólo en su designio y potestad está nuestro futuro y el de todo ser humano.

Y el reto para nuestros líderes espirituales ahora radica en encontrar palabras que nos den luz y nos ayuden a comprender el amor y la gracia de Dios, para que en medio de tal sufrimiento pueda renacer la esperanza.